
Voluntariado en Albania
Cuando Ola y yo nos apuntamos como voluntarios en un refugio de perros en Vlora, Albania, estábamos preparados para un poco de trabajo duro… pero resultó ser mucho más revelador de lo que jamás imaginamos. El refugio estaba dirigido por una mujer increíble que financiaba todo de su propio bolsillo, pero con solo dos personas para cuidar de unos cien perros, era evidente que estaban desbordadas.
La mayor parte del tiempo la pasábamos sacando a pasear a los perros por las calles alrededor del refugio. Lamentablemente, no había espacios verdes donde los perros pudieran disfrutar. En su lugar, caminábamos entre montones de basura, cenizas de basura quemada y calles caóticas. Al volver al refugio, los perros tampoco estaban mucho mejor. A menudo estaban estresados y se peleaban entre sí, así que parte de nuestro trabajo consistía en separar esas peleas. No siempre era bonito, pero hacíamos lo que podíamos.


Aprendizajes del Voluntariado Canino en Albania


La experiencia también nos mostró cuánta falta hace trabajar en el bienestar animal. Había perros callejeros por todas partes, y no es que la gente estuviera haciendo cola para ayudar. Una tarde, vimos a unos perros callejeros atacando a un grupo de gatitos diminutos. Ola se lanzó para separar la pelea y encontramos a una mujer local que pudo acoger a los gatitos esa noche. Por desgracia, uno de los gatitos no sobrevivió, y aunque Ola les llevó comida al día siguiente, no había mucho más que pudiéramos hacer. Simplemente no existe infraestructura para manejar situaciones así.
A pesar de los retos, aprendimos muchísimo. Ver a estos animales sobrevivir en condiciones tan difíciles nos hizo comprometernos aún más con lo que hacemos ahora en nuestro negocio de cuidado de perros. Nos recordó lo importante que es darles a los animales un entorno seguro y lleno de cariño donde puedan prosperar. Experiencias como esta, aunque difíciles en su momento, han moldeado sin duda nuestra forma de cuidar a los animales y nuestra motivación para marcar una diferencia.


Aun así, Albania fue una experiencia agridulce, y contrastó muchísimo con nuestra experiencia en Montenegro, donde todo resultó mucho más fácil y organizado. ¡Pero esa historia la dejamos para otra entrada del blog!




Por supuesto, también hubo momentos bonitos durante nuestro viaje. Nos encantó explorar los cañones y pueblos con encanto como Berat. Y aunque gran parte del país nos pareció un poco descuidado, también descubrimos algunas joyas escondidas, como una playa apartada cerca de Vlora donde pudimos relajarnos y disfrutar de la belleza natural.
Voluntariado en Albania
Pasamos un mes de voluntariado en Vlorë, Albania, y queremos compartir nuestra experiencia contigo.